Cuando a la vuelta de Semana Santa me llamaron para trabajar en una oficina de Relaciones Públicas, jamás pensé que me iba a dar la oportunidad de lograr tantas metas trazadas en tan poco tiempo. Faltaría tan sólo mes y unos cuantos días para que Ángel Sánchez se presentara en Venezuela después de tanto tiempo sin pasear sus creaciones por su país. La emoción de poder trabajar de la mano con una de las personas más admiradas por mí se mantuvo tranquila hasta el momento en que me tocó acompañarlo a un programa de Televisión. -Yo no soy de idolatrar a nadie pero tenía en frente a quién marcó un antes y un después en la moda venezolana y yo cargaba una camisa arrugada-
El día había llegado, era 29 de mayo y ya todos corrían organizando entre cansancio y sonrisas dentro de La Quinta La Esmeralda. Ese día no llovió, tampoco había cola, la gente llegó temprano y el alma de aquella sociedad que le gustaba vestirse acorde y pasearse entre amigos volvió a ocupar un sitio emblemático de la ciudad de Caracas.
8:30 en punto, ni más ni menos, las luces comenzaron a alumbrar la pasarela al ritmo de la música de David Rondón para darle paso a la primera modelo con un vestido a la rodilla, de línea recta y cortes a nivel de la cintura. A partir de allí todo fue un dejavú, lo que veía sin noción alguna de moda en los '90 a través de cualquier canal nacional donde se mostraban las creaciones de Sánchez estaba paseándose frente a mis ojos.
Estructuras bien armadas, cortes precisos, elegancia en telas finas y un garbo en apliques de acetato que sólo alguien que se ha paseado durante 5 años por los pasillos de arquitectura de la Simón Bolívar podía lograr. Las más de 600 personas presentes en el desfile soñaban despiertas entre diseño y diseño. El dúo color -blanco negro- era un lienzo pintado con la más pura elegancia sobre las telas escogidas por Ángel.
Los colores seducieron la pasarela, donde el azul marino y el amarillo aparecieron imponiendo presencia entre estructuras y trajes de noche y los más sencillos e igualmente hermosos vestidos cortos. El blanco se combinó a la perfección con el dorado, en siluetas sugerentes y elegantes mangas.
Joyas de Irene Zingg, carteras de Blues by Kyky y zapatos de Ándrea Gómez fueron los accesorios perfectos seleccionados por el mismo Ángel para acompañar sus diseños. Haciendo un mix de venezolanos talentosos en cada una de las áreas.
Experiencias tengo muchas, para una crónica digna de El Nacional pero como no tengo el contacto y dudo mucho que ellos deseen pagarme lo que vale el haber estado desde cerca...
...así de cerca
Prefiero compartir con ustedes una de las mejores experiencias de mi vida...
The PR Team
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