De la piel canela y el color vibrante.
De los apliques de piedras, sin corte errante.
Pal mundo desde Valera con sabor constante
Del trazo firme al mar tambaleante.
Cierta la figura que en su mente crea,
Incierta la finura de sus más bellas telas.
No se duda de lo buena que sea,
es un tesoro que al conseguir se aprecia.
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